miércoles, 13 de octubre de 2010

Nueva Zelanda V: Abel Tasman NP II

Continuamos viaje donde lo habíamos dejado hace unos días y volvemos a subir al barco para seguir deleitándonos con los paisajes de esta preciosa costa.



Y por fin llego a mi destino. Aquí es donde me abandonan, sin darme siquiera un barril de ron con el que consolarme.


Miro al cielo para ver dónde está el sur y me encuentro con esto. Espero que no sean plantas carnívoras.




Me habían dicho que había una senda por alguna parte. Y que hasta un tonto como yo sería capaz de encontrarla…


¡Aquí está!


La costa aparece y desaparece a capricho.




¡¡Taxi!! Creo que no me ha visto.


No sé bien por qué, pero me siento más pequeño que de costumbre.



Ooops, esto no venía en el mapa de la agencia.


Miramos a la derecha, a la izquierda, y al frente otra vez. No se ven cadáveres de excursionistas en el fondo.




El paisaje vuelve a cambiar.


Esa del fondo es la playa en la que me tienen que recoger. Ahora sólo me falta descubrir por dónde se baja. Los alrededores son impenetrables, pero la senda continúa.




Ya falta menos.


Prueba superada. Sólo queda esperar a que vengan a por mí y descansar mientras sube la marea. Rezo para que no se hayan olvidado de mí y me pregunto por qué habré pagado por adelantado.







Bromas aparte, se trata de una ruta muy sencilla de hacer, a la medida de las fuerzas de cada uno y en la que es imposible perderse. Muy recomendable para todos los públicos.